Nuestro ministerio surge de la parábola del Sembrador que aparece en el capítulo 4 de Marcos RV1960. En este capítulo encontramos a Jesús enseñándoles a los discípulos los misterios del reino de Dios. En esta ocasión les hace una comparación de cómo es que opera el reino de Dios con el día a día de un sembrador.
Nosotros somos Los Sembradores De Dios y desde que nos levantamos estamos en búsqueda de buenos terrenos en donde sembrar. Estamos pendientes a nuevas oportunidades que nos permita sembrar. Nosotros reconocemos que jamás podremos cosechar lo que nunca hemos sembrado. Y es por esto, que surge el ministerio Sembradores De Dios.
“Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia”
2 Corintios 9:10 RV1960
Nosotros creemos que Dios nunca nos dará la cosecha primero. Él es quien nos provee la semilla, pero nos toca a nosotros sembrarla. Nosotros no estamos pendientes en lo que podamos cosechar, pero si en lo que vamos a sembrar.
Los Sembradores De Dios siempre tienen cosas en abundancia.
Nosotros no damos de acuerdo con lo que recibimos. Nos diferenciamos de la actitud de un cosechador.
El cosechador, ama a las personas esperando que lo amen. El Sembrador De Dios ama, aunque no lo amen.
Nosotros no somos responsables de la cosecha. Nuestra responsabilidad es la semilla, sembrarla y atenderla. El Sembrador De Dios no es responsable sobre si una persona nos ama o no. El Sembrador De Dios lo da todo sin esperar nada a cambio.
En el reino de Dios hay cinco principios básicos para el sembrador.
- Tener fe en la semilla.
- No comerse la semilla.
- La semilla no funciona, a menos que se siembre.
- No mire el campo del lado.
- Sembrar no es una competencia.
El Sembrador de Dios es feliz sembrando. ¡Atrévete a ser un Sembrador de Dios hoy!
Estamos seguros de que tu semilla va a dar buenos frutos. Recuerda que en Dios todo lo que siembres se multiplicará. Se feliz con tu semilla y conviértete en un Sembrador De Dios hoy.
Nuestra oración diaria es esta; “Señor ayúdanos a cambiar corazones. Corazones que en lugar de estar pendientes en la cosecha (cosas que puedan obtener), estén más interesados en sembrar la buena semilla”
Sembradores De Dios